El TBC se utiliza principalmente en la industria química como inhibidor y estabilizador crucial de la polimerización. Su principal aplicación es la estabilización de monómeros reactivos, como el butadieno, el estireno, el acetato de vinilo y diversos acrilatos, durante la destilación y el transporte. Al eliminar los radicales libres, el TBC impide la polimerización espontánea. También se emplea como antioxidante en lubricantes, elastómeros y determinadas resinas para proteger los materiales de la degradación oxidativa. Su eficacia garantiza productos finales de alta calidad y reduce drásticamente los costosos tiempos de inactividad en los procesos de fabricación.